Todos en algún momento hemos tenido el deseo de llegar a la vejez manteniendo una vida saludable y aunque suena fácil no lo es. Seguramente muchos hemos dicho: “Eso, es la epifanía de cualquier humano”… sin embargo es un desafío muy posible si prevenimos enfermedades como la osteoporosis y si aún con ella tomamos la decidimos de sobrevivirla sin fracturas.
Cuando decidí escribir este blog pensé muchas veces cuál sería el post#1 ejemplar para atraer la atención de ustedes y la verdad no tuve que pensar mucho para darme cuenta que definitivamente el primer artículo para este blog no podría ser otro si no este. Uno que explicara a sus lectores de “qué se tratar esa enfermedad que debilita mis huesos y que no preví tener a lo largo de mi vida”. Supongo que quienes la sufren se hacen muchas preguntas sobre qué es, sus tratamientos, cura, cambios de estilos de vida e incluso se han hecho la pregunta de si es posible vivir sin morir por causa de la osteoporosis. Aquí compartiré con ustedes respuestas muy positivas y de seguro les daré buenas noticias pero siendo sincera, con mucha responsabilidad les prometo ser franca al hablar de los riesgos y las consecuencias de no tomar conciencia de su gravedad.
La Osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por una disminución en la densidad y calidad de los huesos. A medida que los huesos se tornan más porosos y frágiles, el riesgo de fractura aumenta considerablemente, la pérdida de hueso se produce de forma "silenciosa" y progresiva, porque no suele haber síntomas hasta que se produce la primera fractura. Afortunadamente, la osteoporosis es una enfermedad tratable y con la combinación de cambios en el estilo de vida y un tratamiento adecuado, pueden evitarse numerosas fracturas.
Alrededor de los 20 o 25 años se completa el proceso de crecimiento de los huesos y se alcanza, normalmente, lo que llamamos el “pico de masa ósea”. Este pico, representa la masa ósea máxima que se logra alcanzar en la vida. La masa ósea máxima de un individuo se calcula por los factores genéticos, sin embargo, también influyen en el desarrollo óseo otros factores como la alimentación, la actividad física y la enfermedad. Una de las reflexiones más grandes que tuve cuando comencé a estudiar esta patología fue saber que la osteoporosis era considerada una enfermedad de ancianos pero que tiene sus raíces en la adolescencia. Quiere decir que podemos evitarla desde la edad temprana y que sus daños no aparecen al final de la vida si no al comienzo. Es por ellos que para los jóvenes, es muy importante optimizar al máximo el pico de masa ósea, a fin de reducir el riesgo de osteoporosis con el correr de los años. A medida que envejecemos, no podemos reemplazar el tejido óseo con la misma rapidez con que lo perdemos. En las mujeres, la tasa de pérdida de tejido óseo aumenta significativamente después de la menopausia, cuando cesa la producción de estrógeno, y los huesos ya no se benefician con su efecto protector. Los hombres también experimentan pérdida de tejido óseo, pero la tasa de pérdida es mucho más lenta que en las mujeres.
Es aquí donde llegamos a un punto verdaderamente importante: La prevención. Un camino posible pero para tomarlo hay que concientizar qué implica y conocer cómo podemos sumarnos a ella. Si bien los factores genéticos son importantes a la hora de determinar si un individuo presenta un riesgo elevado de osteoporosis, los factores relacionados con el estilo de vida pueden influir. Los hábitos de alimentación y el ejercicio son uno de ellos. La práctica de ejercicios ayuda positivamente a adquirir fuerza y mejorar el equilibrio..../...